
Una vergüenza por permitirlo y por admitirlo.A menudo en la calle mas céntrica de nuestra ciudad, muchachas, casi niñas piden de rodillas y humilladas una limosna al caminante. He preguntado ¿cómo es posible? Me han dicho :hay un hombre que las vigila y se beneficia de este “negocio”.Si es así , algo ha de moverse no solo en nuestro sistema sino en nuestras conciencias .
Desde luego que es indignante, y más lo es que quien tiene en su mano posibles soluciones mire para otro lado. Ya tengo edad y cada día me siento más defraudada por la clase política que me toca soportar.
ResponderEliminaryo tengo la solucion y esta en la union de los que pasamos de largo gracias mery bla bla bla pero nada de paralizarse todos los dias 50 oh 100 personas cada media hora que pasa al lado de todas esas injustizias espero que actuemos y dejarnos de pasar de largo y esto a todos los niveles un saludo maria fernandez araujo
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